jueves, 21 de febrero de 2013

Política y cérvidos

Política y cérvidos
Es muy interesante observar la naturaleza, no para sacar lecciones magistrales porque en la vida natural tiene éxito un tipo de vida y el contrario porque vamos… Explíqueme Vd. porqué las cebras van tan contentas con sus cuerpos listados. A poco que haya visto documentales le habrán dicho que las rayas desconciertan al depredador que se ve incapaz de perseguir a un determinado animal porque las rayas lo despistan. Me parece un buen razonamiento pero intentemos un silogismo: Premisa1ª, las rayas desconciertan al depredador de cebras; Premisa 2ª, los depredadores de cebras son también depredadores de asnos. ¿Es capaz de sacar una conclusión? No porque no la hay, los asnos han sobrevivido sin rayas. Queda pues demostrado que la Naturaleza no marca líneas maestras.
Bien, a lo que íbamos: según el título “Política y cérvidos” que también habría podido titularse “Política y antílopes” por ejemplo, intentamos hacer un ejercicio mental a modo ilustrativo-jocoso del tristísimo mundo político español de los últimos tiempos.

Resulta que cérvidos, antílopes y otros animales polígamos tienen un curioso celo. La hembra en tiempo de ovulación es reclutada por un macho ejemplar en su especie y el harén es convenientemente vigilado con celo por el macho en celo. Otros envidiosos machos rondan permanentemente el harén desafiando al jefe accidental que se va agotando con tanto trajín defensivo  aunque de vez en cuando se vea recompensado por el trajín original. Resultado, hay machos en la periferia que simplemente pasaban por allí o bien les va el espectáculo de lucha o simplemente descansan de tanto movimiento ajeno. Pues bien, más de una hembra, harta de no ser atendida por quien ha ganado el liderato y teniendo las necesidades perentorias que le marca la Naturaleza, mientras el gran jefe alardea de su poder, se acerca al pobre macho que no tenía posibilidad genésica alguna y se le insinúa siendo por supuesto inmediatamente cubierta por el deseoso pero mediocre macho. No crea que esta historia no es real, lo es.
Pero teníamos que hablar de política y hemos hablado aunque sea alegóricamente. ¿Lo  pilla? Mire la imagen, un rebaño, un chulopiscinas dando vueltas, seguro de si mismo, de su alto valor intrínseco para la especie, orgulloso de su vigor juvenil, su fuerza, su agresividad. Objetivamente es el mejor de los presentes pero ¿Qué sucede cuando la objetividad es suplantada por la subjetividad? ¿Qué pasa cuando las necesidades de la especie pasan a un segundo plano siendo “sorpassadas” por la inmediatez? ¿Qué pasa cuando se hace insoportable la imagen del triunfo ajeno? Simplemente, obtiene el premio el más inepto del grupo y de un inepto se puede esperar cualquier cosa menos que acierte en sus decisiones.

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