martes, 29 de mayo de 2012

Sr Mindundi: Hablemos de esclavitud.


Sr Mindundi: Hablemos de esclavitud.

Como Vd. ya sabe Sr Mindundi,  hubo un tiempo oscuro en el que los hombres blancos capturaban a los negros, (aunque mucho tiempo atrás hombres blancos lo hacían también con blancos pero cuando se habla de esclavitud nos viene a la mente lo sucedido desde el siglo XVI al XIX), los llevaban en barcos propios atravesando el proceloso océano en régimen de pensión completa (suponemos que capta la ironía) y los vendían en la plaza pública a siniestros terratenientes. Con sinceridad es una página de la historia poco edificante pero no para olvidar.


Supongo que a Vd. Sr Mindundi, se le encoge el corazón al evocar la tragedia de familias y personas. En honor a la verdad había leyes para proteger sus almas y cuerpos. Entre los deberes del amo para con ellos estaba proporcionarles cobijo, comida y en el caso español protección frente a los abusos por las Leyes de Indias que por supuesto incluían la ausencia de maltrato y obligación en la formación religiosa. Debido a que el Atlántico separaba lo suficiente se mitigaba el rigor legal pero existía… sobre el papel. Al menos por el mero interés del amo, comida no faltaba y por necesidad reproductora también se les permitía el desahogo genésico.
Se ha planteado Vd. Sr Mindundi que hoy en pleno siglo XXI y en la Europa desarrollada ya no existe la esclavitud de entonces, simplemente porque es más racional y sobre todo más económico y productivo, reconocer la libertad del ser humano, derecho universal por excelencia que reconocer la esclavitud tradicional. Lógico, imagine que se aplicaran al amo las Leyes de Indias, no ya actualizadas sino solamente las que regían entonces. Imagine que el esclavo pudiera reclamar sus derechos, sería un caos económico. Por tanto la esclavitud está abolida y en bien por supuesto del pretendido esclavo. Aunque en realidad la economía fue el fundamento de las leyes abolicionistas.
A estas alturas, comprenderá Vd. Sr. Mindundi que no estoy abogando por reinstaurar este concepto jurídico sino que son argumentos supuestos para contrastar más fuertemente lo desgraciadamente pasado, con la ¿más? cruel realidad actual. Esas personas se juegan el físico y el espíritu literalmente pagándose, y a que precio, el crucero, eso sí mas corto que entonces. Muchos, como en todo juego pierden y no sólo la apuesta sino la vida.
En general, las personas de color son cercanas y respetuosas quizá la vida de sus ancestros ha marcado sus genes o a lo mejor la vida joven desarrollada en su sociedad original les ha hecho dúctiles, no vamos a discutir por la causa. Vienen a trabajar como iban aquellos esclavos.
¿Se ha planteado Vd. Sr Mindundi los motivos que impulsan a estos desdichados seres a acometer los avatares del viaje y la vida que les espera en nuestra desarrollada sociedad? Quizá los medios de comunicación globalizados los hipnotizan y acuden a nosotros como las mariposas a la luz. Quizá la explosión demográfica los expulsa de sus raíces. Quizá estén imbuidos de un ego megalómano, una baraka, que les hace creer que podrán salir con bien de la aventura. Muchos quizá pueden ser los motivos y muchos serán pero no vienen al caso.
Pero Vd. Sr Mindundi, cuando se encuentra frente a ellos ¿Por qué los tutea? ¿Es un tuteo de cercanía, de familiaridad? Probablemente no y a lo mejor es inconsciente pero analícelo por favor.
Vd. Sr Mindundi, cuando tiene que entrar en tratos laborales con ellos ¿Por qué les regatea como si estuviera comprando en un zoco árabe? ¿Por qué se encuentra en la obligación de pagarle menos que a un blanco del país? Me dirá, y me lo han dicho varios, que para su país es una fortuna la miseria que les paga y estaría en lo cierto si estuviera en él pero la comida no la puede traer de allí, ni puede ir a dormir allí. Tenga cuidado Sr. Mindundi que en los EEUU la mayoría de presidiarios son de color ¿No será que se sienten marginados a pesar de que hace muchos años que se abolió la esclavitud y una vez formados en una sociedad opulenta, en la que tienen derechos como los demás, en el día a día se los regatean?
Piénselo Sr. Mindundi.

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