martes, 29 de mayo de 2012

Mindundi:

Mindundi: Delimitación del palabro en esta disertación

Bien, iniciamos esta serie formativo jocosa en la que intentaremos formar un cuerpo didáctico sobre economía, sociedad, política en fin lo que pomposamente se agrupa en humanística.

Comencemos por la misma palabra que inicia esta serie: Mindundi. Parece que a pesar de lo que se ha extendido esta expresión la RAE no la ha aceptado aún por lo que cada cual la usa como le gusta. Vamos a usarla en el sentido cariñoso, cercano, amigable, no se ofenda. Un mindundi para nosotros será un mortal que trabaja para sí o para otros, algo ingenuo y confiado que cree que el mundo ha evolucionado en su estructura, alguien que aún cree que la aristocracia es algo pasado que la gloriosa revolución francesa hizo desaparecer para siempre pero que no se ha detenido a pensar que tal revolución popular, terminó con un señor muy respetable que se llamaba Napoleón, un gran hombre con las ideas claras, se termina con la monarquía y se sigue con un imperio y yo de emperador. Bueno, si no se va más allá, pero piense Sr. Mindundi, la cantidad de franceses, españoles, italianos etc. que no sobrevivieron a tal modernidad. Eran como Vd. o como yo que somos probablemente descendientes de otros mindundis de la historia.

Pero Sr. Mindundi, no se ofenda y piense que lo decimos en el sentido de Sr. Don Nadie con vistas al Manzanares o al Llobregat que tanto monta. Hay señores mindundis de altos vuelos, bueno dejémoslo en potencias económicas que caen también en el defecto de no pensar. ¿Qué opina de las grandes obras faraónicas del golfo Pérsico (Dubai de Emiratos, Doha de Qatar)? Es el típico ejemplo de mindundada de altos vuelos y desde aquí felicito al equipo de marketing de todas las empresas que allí prosperan. Llegar a emocionar a aquellos no muy antiguos beduinos para emprender las obras realizadas allí es un logro espectacular de ellos y solo de ellos.
Sr. Mindundi, es probable que se encuentre entre los afectados por la crisis económica del 2007 que veremos cuando amaina. ¿Recuerda el tiempo de las guerras? Entonces los soldados caían como moscas aunque no fueron ellos los que la provocaron o los que decidieron entrar en guerra. Esta crisis es una guerra económica y tiene sus soldados que son los que caen, los mindundis del mundo. No hay sangre pero no es incruenta.
Sr. Mindundi hace tiempo se hizo un afortunado spot televisivo para evitar la plaga de incendios forestales y concluía “Cuando un monte se quema, algo suyo se quema”, muy edificante pero una mente privilegiada, probablemente un mindundi consciente de su situación, la transformó en “Cuando un monte se quema, algo suyo se quema…Sr. Conde” y ello doscientos años después de la toma de la Bastilla.
Piense, Sr Mindundi que los eufemismos, disfrazar la realidad simplemente cambiando la palabra no soluciona nada. En mi pueblo dicen: “Mentres hi hagi burros, haurá gent que irá a cavall” (Mientras haya burros, habrá quien irá montado). Veamos: los periódicos informan de escándalos financieros y corrupciones varias. Vd. mismo habrá sido testigo de situaciones similares, tenemos, menos mal, fiscales que de oficio pueden iniciar una investigación. Piense un poco e inmediatamente con sólo dos datos, información de un posible delito y funcionario que debe vigilar el cumplimiento de la ley, y no pasa nada, deducción lógica inmediata: algo falla. Puede que el periódico esté mal informado e irresponsablemente haya puesto “negro sobre blanco” (muy moderno) la noticia, ha incurrido pues en un delito de injuria. Puede que el funcionario no haya atendido la denuncia pública y por tanto hay incurrido en un delito de incumplimiento de su deber. Triste Sr. Mindundi ¿No le queda la cara a cuadros cuando lo piensa? Y tiene no una sino varias ocasiones semanales para sorprenderse.
Sí, hemos simplificado en bien de la claridad didáctica que proclamamos al principio porque la cosa puede complicarse cuando tenemos en cuenta que no solo hay un periódico sino muchos y por tanto muchos ojos vigilan al contrario (gobierno y oposición) y en honor al avance social indudable se hace publico todo lo que afecta al dinero público. Tenemos un BOE e infinidad de sus avatares comunitarios (autonomías y CE) donde se publican las subvenciones con las que  el dinero de todos se concede a unos pocos. Le recomiendo Sr. Mindundi que se haga con un ejemplar y lo hojee, es suficiente una muestra cualquiera, una tragicomedia asequible que no sólo le distraerá una tarde de domingo sino que tendrá digestión cerebral durante una semana si es Vd. insensible, si por el contrario es Vd. depresivo mejor que no lo intente porque le entrarán ganas de irse a un país del tercer mundo en los que la corrupción no es visible y por lo tanto más soportable.
Como decíamos, tenemos no uno sino varios periódicos, información no falta pero no ha caído en el detalle de que un periódico, o mejor la S.A. que lo edita, antes se cotizara a 14 euros y ahora a 0,3. Su declive empezó cuando cayó en el desfavor del gobierno de turno que le hizo la “pirula” y se cambió a otra S.A. Como persona bien pensante que Vd. es por la definición que hemos dado a ser un mindundi, dirá que es coincidencia pero es que antes sucedió con una emisora de TV de otra S.A. de signo distinto. Con lo cual debe deducir que tal cotización estaba valorando no el valor objetivo de la tal S.A. sino el “fondo de negocio” o sea las posibilidades de negocio, las perspectivas; vamos para hablar en plata lo que crematísticamente podría caer si era dócil y afecto. ¿No le huele algo raro? Si la actividad pública es pública, es decir publicitada y hay tantos “agentes sociales” que ejercen el poder y su correspondiente contrapoder ¿Cómo pueden suceder estas cosas?
Es relativamente sencillo dar una explicación al embrollo, Haga una prueba en su misma familia, pregunte que solución puede dársele a un problema determinado, no importa cual, verá que hay opiniones para todos los gustos por lo tanto puede hacer lo que le venga en gana porque si coincide con alguna de su familiar tendrá en él un aliado y en el caso improbable de que no sea así, lo cual significa que tiene una familia muy reducida, como hay tantas opiniones, Vd. puede ejercer de Salomón contemporáneo y decidir libremente dado que no han logrado un acuerdo. Esta ceremonia de la confusión es aplicable siempre y cuando en caja haya el suficiente pecunio.
Quedamos en que hay poder y contrapoder, es decir que hay un poder y algo que ejerce  de contrapeso. Ya en la Roma republicana, antes de los emperadores, ejercían el poder dos cónsules y les fue bien, sólo en épocas difíciles quedaba un solo cónsul a cargo de todo pero se volvía al diunvirato una vez pasado el peligro. Un buen modo de gobernarse, un ejerciente y un vigilante pero ambos requieren ingresos para su mantenimiento, todos somos humanos y tenemos que vivir, una compleja estructura, información, técnicos, medios y por tanto ambos son conscientes de los límites mínimos necesarios para sobrevivir. Hablamos de un bipartidismo como mínimo pero si hay más y los hay, las necesidades crecen por tanto implícitamente hay unos acuerdos de mínimos, podría denominarse corporativismo o comprensión mutua. En campaña electoral se consumen millones ¿En qué? ¿Para qué? se pregunta Vd. Sr. Mindundi. ¿Verdad que parece mentira? Pues Vd. Sr Mindundi ya más o menos tiene una idea de quien le es más afecto o de cómo lo ha hecho el anterior. Se piden créditos para sufragar estos gastos y quienes los conceden saben que es a fondo perdido. Sólo nos enteramos de vez en cuando y por casualidad que tal Banco o Caja (cuando las había o ¿las siguen habiendo?) ha condonado una deuda de estas características. Pues estos gastos, inútiles a mi entender y no dudo de que en el suyo, forman parte de la “función redistributiva” del Estado para las agencias de publicidad y asesoría, dos de los tipos de negocio que han florecido a la sombra del inclemente sol del negocio privado, vamos del privado privado y entonces puede enlazarlo con lo que decíamos antes sobre la cotización y las perspectivas de negocio. Pero Sr. Mindundi piense quién ha puesto el dinerito directamente, cuando se hacen efectivas las “perspectivas de negocio” o indirectamente cuando el Banco en el que diligentemente ha depositado sus ahorros en primer lugar le niega un crédito por falta de recursos (Teta y coca no caben en la boca) y además le remunera sus depósitos a porcentajes irrisorios.
Bien, Sr. Mindundi, Vd. como administrado se encuentra con unos gastos de administración elevados pero no acaba aquí. El frío que hace fuera es notable y la existencia de los chinos, que son muchos y muy trabajadores, lo convierten en Siberia por tanto, así como el agua siempre resbala hacia abajo, hay más que se decantan por probar en la política que ofrece un cobijo a los que reúnen ciertas características, diría que genéticas pero no voy a discutir sobre el tema.
De entre las citadas características, en primer lugar, capacidad de reflejos y sangre fría, nada de cortarse, que te pillan con las manos en la masa pues como aquel que había robado un cerdo y lo llevaba a cuestas, le paró la policía intuyendo la procedencia y le pregunta al respecto “¿Adónde va con ese animal?” el otro se hizo el sorprendido y dijo alterado “Uh! Salta bicho salta”.
En segundo lugar un aspirante a político debe tener algo de espíritu militar por aquello de la disciplina y asumir como propias las ideas del “jefe”. En este aspecto hay tres variedades: el que realmente asume que son propias que no llegará a más que a la posición de tonto útil; el que es pragmático y las asume mientras no haya llegado su momento o haya alcanzado su meta ocupacional (es un peligro para sus propios correligionarios) y el que las asume sabiendo que el “jefe-general” puede cambiar y por tanto sobrevivirá a pesar de los cambios en el “habitat”, vamos lo que se dice “nadar y guardar la ropa.
En tercer lugar es capaz de disociar la ética-principio con pragmática-actividad. Una de las múltiples definiciones de la política es la de ser el arte de lo posible y en loor a ello es admisible hacer lo correcto en aquel momento (loable) o hacer lo posible mirando no al interés general sino al propio, eso sí, no renunciado a los principios en su discurso. Ese “interés propio” debe combinarse con el “arte de lo posible” y no se puede simplificar o confundir con “bolsillo propio” a veces sí y muchas otras no porque la estabilidad en el puesto depende de en que se asienta y de la tendencia de los “jefes-generales”.
Por supuesto que los que alcanzan metas elevadas suelen ser inteligentes y vocacionales pero estos deben mirar  más hacia atrás, (los propios) que a los de delante (sus adversarios).
Sr. Mindundi, perdone la disquisición pero se me ha ido la olla, estábamos en que la administración de los bienes comunales nos salía cara y que fuera hacía un frío siberiano por tanto las vocaciones políticas han aumentado. Sabido es que para un puesto de conserje de ministerio hay unas pruebas y requisitos más o menos públicos en orden al mérito y capacidad. Por supuesto no lo creo a pies juntillas pero las hay. ¿Conoce de algún puesto público de libre designación que exija un mínimo de criterio, un mínimo de proporcionalidad un mínimo de coherencia intelectual? ¿Cómo puede llegarse a presidente  de gobierno con sólo dos horas de formación económica? ¿Empieza a ser consciente Vd. de porqué le apellido Mindundi? Me dirá que igual le hubiera podido apellidar Pagano pero en este caso la palabra tiene otras connotaciones que prefiero obviar, aunque reconozco que la intención que me mueve es hacerle ver su protagonismo crematístico.
Sr. Mindundi, Hace unos años condenaron a un ejemplarizante director de banco por haber “desviado” 5000 millones de pesetas, el señor ha cumplido su condena y sobrevive en libertad. Suponga que a Vd. le toca esa cifra, unos 30 millones de €, si es Vd. igual que yo probablemente estaríamos bajo un cocotero tomando un daiquiri. Ese señor ¿realmente se apropió de ello? No lo creo, ni lo creí entonces ni mucho menos ahora. Ese dinero probablemente se repartió entre muchos que conocían el desvío y nos llegamos a enterar porque la vida de este tipo de personas que “triunfan” es realmente difícil y sobre todo costosa. Tenga cuidado Sr. Mindundi que no todos tenemos las características necesarias para desarrollar determinadas funciones. Eso sí, Sr Mindundi piense, que es lo que todo el mundo que le rodea intenta por todos los medios evitar. En ello le va la propia supervivencia y tenga esperanza porque a pesar de todo la sociedad es cada vez más justa aunque le parezca lo contrario. Piense, Sr. Mindundi, la solución está en sus manos.

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