lunes, 28 de enero de 2013

Manipulaciones

Manipulaciones.
Creo que era Ortega el que dijo aquello de “Yo soy yo y mi circunstancia”. En aquellos tiempos la circunstancia era bastante reducida en comparación con la actual. Sólo pensemos en el ambiente rural en que la circunstancia eran sólo el cura y el cacique. Actualmente los medios hacen que nuestra circunstancia sea mucho más plural de ello se dio cuenta Goebbels cincuenta años atrás y probablemente fue la causa de la mayor catástrofe hasta el momento (No hay que desesperar de que en un futuro no muy lejano se supere tan indigno record)
La universalidad de los medios de comunicación, la globalización, la libre circulación de capitales y de algunas personas (las más desfavorecidas de las zonas menos favorecidas para competir con las más desfavorecidas de las zonas más favorecidas) han convertido el mundo en lo que alguien dijo aquello de la aldea global con cierto aire bucólico y atrayente pero que ha resultado ser como un barranco en el desierto un día de lluvia.
Se ha operado un cambio en los medios de comunicación que está destruyéndolo todo y además se están destruyendo a sí mismos. Véase sino la penuria en que viven muchos profesionales del medio, sobre todo los que aún tienen esperanza en su hacer profesional.

Cuentan aquello del rey desnudo que sólo lo veían como tal los ignorantes puesto que iba envuelto en ricos ropajes mágicos que ese tipo de personas eran incapaces de ver con sus ojos comidos por el tracoma. Pues bien hoy hay muchos reyes desnudos que gracias a los medios de comunicación van ricamente trajeados.
Veamos algunos:
¿Recuerdan el cambio de siglo? O mejor dicho ¿Recuerdan el fin del siglo pasado? Todos los ordenadores iban a quedar inservibles si no se llevaba a tiempo a un profesional informático para que mantuviera correctamente el reloj del ordenador bajo el control de Cronos. Si no fue una manipulación merecía serlo porque había un acuerdo unánime en que la catástrofe sucedería. Ni una sola voz o escrito negaba la catástrofe, no hubo contraste de conocimientos, no de opiniones porque ante un hecho científico jamás deben contrastarse opiniones sino datos. ¿Algún periodista intentó dilucidar si aquellas afirmaciones tenían fundamento? No. Simplemente el periodista también veía al rey lucir sus galas y el profesional que no lo vio no llegó a publicar ni sobre eso ni sobre nada más.
¿Recuerdan cuando se hacía la mili? El fundamento de que la defensa del país era responsabilidad de todos sus ciudadanos fue un logro igualitario del siglo XIX que como todo se desvirtuó. El envío de reemplazos a Marruecos fue la causa de la Semana Trágica de Barcelona porque los ricos lo evitaban a sus hijos mediante la respetable cifra de 1500 pesetas de aquél entonces y pues sólo iban los que no alcanzaban para pagarlo. Después esta lamentable desigualdad se corrigió, siempre sobre papel claro porque la igualdad es siempre un concepto filosófico pero en fin… Todos tenían que colaborar a la defensa patria. Llegó un momento en que la técnica se imponía y no era viable el personal de reemplazo para formar profesionales de la defensa. Tener un ejército profesional tenía dos obstáculos en el camino: uno el filosófico, recuérdese la Semana Trágica pagar para no ir a la guerra lo que significa que irán a esta los que no dispongan de numerario para eludir la obligación; otro el presupuestario, tener un ejército profesional es considerablemente más caro que el de reemplazo. ¿Recuerdan el proceso? Las mentes pensantes, que las hay, decidieron lo que para ellas es su razón de ser “Hay que lograr que la gente pida insistentemente lo que estamos dispuestos a darle”. Se monta el desprestigio del uniforme, se difunde el pacifismo, se reconoce la objeción de conciencia (curiosamente no se difunde la objeción tributaria) y al fin como cediendo a la “opinión pública” se retira la obligación del servicio militar obligatorio. Ahora con la conciencia tranquila enviamos a la guerra a los de siempre pero eso sí ha sido una imposición del pueblo a los poderosos. Desde luego no es posible hoy en día un conflicto armado con bayonetas, se necesitan técnicos y hay que reconocer que al no ser impuesto por el poder político su implantación ha sido un éxito pero lo ha sido por las técnicas mediáticas.
Veamos otra más reciente: las participaciones preferentes. Absolutamente todos los medios están de acuerdo en que son inversiones de alto riesgo, muy complejas y que requieren sesudos conocimientos de los entresijos económicos. Abstráigase de estas informaciones y analice la “complejidad”: le ofrecen por una cantidad determinada un 7% de interés (recuerde que era en la época de vacas gordas en que se necesitaba dinero para prestar a intereses más elevados) cuando el interés en cuenta corriente en el mejor de los casos no superaba el 0.1%. Esta “compleja” inversión es a perpetuidad, una de las pocas cosas perpetuas de este fugaz mundo. También son a perpetuidad las acciones por ejemplo y hay un mercado secundario donde puede vender y comprar alegremente sus “perpetuidades”. En economía siempre es factible el intercambio entre las cosas más peregrinas. Inconveniente es que si no hay beneficios en la empresa a la que Vd. ha adquirido las preferentes, no puede cobrar su flamante 7% pero como preferente tiene más derecho que otros acreedores. Convendrá que si una empresa bancaria no tiene beneficios es pura anécdota, es posible pero poco frecuente, por tanto es un riesgo mucho menor que tener acciones por ejemplo. Por parte del inversor pues casi todo es simple y ventajoso. ¿Dónde está la complejidad tan uniformemente aducida? Muy simple y al mismo tiempo terrible, está en su capacidad “negociadora” como se dice ahora que es prácticamente nula. Vd. no puede montar una campaña mediática que demonice las preferentes hasta el punto de que sus propios poseedores renieguen de ellas. Hemos visto las preferentes bajo el punto de vista del poseedor ahora mirémoslas bajo el punto de vista de la empresa, bancaria en su mayor parte. Han pasado las vacas gordas donde se prestaba a mansalva, viene la crisis y se encuentran con una nada despreciable cantidad a la que hay que pagar el 7% ¡Es la ruina! Probablemente para Vd. y para mí lo sería pero… ¿Que tal si montamos el numerito? ¿Preferentes? No gracias. Se asusta al arrogante poseedor de un crédito al 7% mediante una buena campaña de prensa unilateral y se asusta al pretendiente a adquirir una de tan privilegiados créditos con el resultado de que un creciente número de demandantes en el mercado secundario se retiran de su demanda con el resultado de la falta de liquidez. Voilá, lo que todo eran ventajas se han convertido en una trampa porque todo el mundo ve al rey vestido aunque evidentemente va mostrando sus vergüenzas. Una vez asustado convenientemente se le ofrece graciosamente el canje y vean como un ejército poderoso es vencido por un puñado de medios de comunicación. Nunca sabremos si las informaciones eran interesadas o si solo informaban de lo que les decían unos cuantos que sí estaban interesados. Probablemente fifty fifty. ¡Cándidos ellos!
Otro tema: el marfil. Tiempo atrás el marfil era uno de los materiales más apreciados, un valor refugio como puede serlo el oro o las piedras preciosas pero… el oro es finito y muchas generaciones han extraído el codiciado metal, hay lo que hay. Las piedras preciosas tienen un mercado muy controlado y hay muchas áreas donde se sabe de su existencia por ejemplo Namibia que tiene una zona restringida para su busca, vamos algo así como un almacén del que saldrán cuando sea conveniente. A diferencia del oro o las perlas el marfil del elefante, el más apreciado, hay morsa y mamut pero no hace al caso, es un material en perenne producción ¿Cómo controlarlo para que no se hundan los precios? Digamos otro Voilá. La conservación del delicado paquidermo funestamente perseguido por malvados cazadores cuyo interés crematístico, (lógicamente el de los malvados furtivos, los que buscan mantener la cotización no) será nuestra bandera. Lo han logrado, ya no hay más marfil en el mercado. Es un malnacido el que defienda, si alguien se atreve que el mercado de marfil es como otro cualquiera. Recuerde que África está dominada por políticos digamos que en general poco edificantes. La miseria del pueblo es la tónica y uno de los pocos ingresos que pudieran tener es el del marfil. Piense un poco antes de ver al rey de “tirapeos morados”. El elefante como ser vivo también muere y los colmillos permanecen incorruptos. Una cosa es matarlo incontroladamente y otra muy distinta prohibir la comercialización ¿Ve la diferencia? Pues la diferencia estriba en que condenamos al pueblo que tiene que soportar la presión de estos proboscídeos hasta límites insoportables sin sacar provecho alguno de una mina al aire libre que no afecta al medio ambiente muy al contrario, en ciertas zona de África están acabando con el ambiente entero. ¡¡El rey está desnudo!!



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