Una patria que nace de una fabulación romántica, tanto que
en Europa ya estaban de vuelta cuando se planteó la posibilidad nacionalista
catalana.
Una patria que nace con una
riqueza relativa porque carece de recursos como el resto de España que a lo
largo del XIX procura equilibrar su comercio exterior entre el liberalismo
conveniente a Castilla y el proteccionismo conveniente a Cataluña con su
industria incipiente.
Una patria que entregó
voluntariamente la vida de muchos de sus hijos en la guerra de África con el
general Prim a la cabeza de los voluntarios catalanes. Por cierto con una
general Prim que intervino muy acertadamente en la política española.
Una patria cuyos hijos
emprendedores y una legislación favorable que creaba al hereu como esclavo y señor al mismo tiempo ya que debía hacerse
cargo de la familia y de sus posesiones. Una legislación que hoy veríamos como
moralmente reprobable pero que facilitó la existencia de segundones con
recursos económicos procedentes de negociaciones con el hereu. Esos recursos económicos en metálico se emplearon por esos
segundones en montar la industria textil catalana que pronto necesitó de más
mano de obra que no dudó en reclutar en la España más pobre que no la menos
rica.
Una patria que exportó a esos
mismos segundones a tierras americanas donde la semilla de su iniciativa y la
legislación española favorable hizo posible entre otras cosas una burguesía que
creó el Ensanche barcelonés.
Una patria que quiere crearse
sobre falsedades y ocultaciones, sobre subvenciones y sobornos, sobre
“historiadores” clasificables en dos grupos, de pesebre o mesiánicos que
olvidan que el origen y desarrollo del progreso catalán se debe precisamente a
la colaboración de todos los españoles.
Una patria creada por y para los
políticos para que puedan en ese futura Arcadia feliz gobernar los 29 Vidal
sobre los 135 García sin interferencias de “Madrit”. http://www.vozbcn.com/2012/01/02/98050/apellidos-comunes-catalunya-2010/,
http://www.idescat.cat/pub/?id=aec&n=948&lang=es
Una patria que no recuerda y que
felizmente el resto de españoles ha olvidado, lo que sucedía en la estación de
Francia barcelonesa cuando la Guardia Civil obligaba al excedente de mano de
obra a retornar a su origen, dentro de su misma patria. Era la Guardia civil
pero la orden venía de esa burguesía implantada y bienestante. Las órdenes que
dicta la miseria siempre están por encima de los Derechos del hombre y del
ciudadano. Por supuesto esta es una afirmación empírica pero los hechos siempre
están por encima de la teoría, es un error garrafal ignorarlo. A modo de
ejemplo puede establecerse como órdenes basadas en la extrema necesidad e
incluso en la legítima defensa pero ello no implica que no se tenga en cuenta
la indignidad que significa que el pobre de la maleta de cartón y cuerda sea
obligado a “ser repatriado” en su propia patria porque un trozo de su patria
tiene que ser protegida de la invasión miserable o en lenguaje actual de la
invasión por motivos económicos. Ese trozo tiene el deber de reflexionar sobre
el origen de su bienestar actual y balancear si le conviene cortar ese cordón
umbilical.
Una patria que sobre la certeza
de su bienestar actual se cree basándose en conjeturas fabulosas futuras que
además han sido rebatidas una y otra vez por voces no interesadas,
independientes es algo muy similar al timo de la estampita o al toco mocho Le
ruego que si lee esto alguna vez mire su persona en que personaje se siente
representado en tales timos porque todos tienen una parte oscura y reprobable.
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